El miedo a la escasez no es solo una creencia financiera: es una impronta en tu psique y en tu cuerpo que puede venir de experiencias pasadas, de lealtades familiares y de votos espirituales. En Terapia de Regresión a Vidas Pasadas (TVP) vemos con claridad cómo juramentos de pobreza, renuncias a la vida material o muertes por hambre dejan un programa interno: “no merezco”, “es peligroso tener”, “si gano, pierdo”. Este programa empuja a repetir pérdidas y a sabotear oportunidades.
Cuando la raíz está en otra vida o en la matriz perinatal, la mente lógica no logra desactivarla con afirmaciones. La TVP permite ir al origen, completar lo que quedó congelado y actualizar la decisión del alma. Autores como Michael Newton han mostrado, a través de Vida entre Vidas, cómo contratos del alma y votos no resueltos condicionan la encarnación actual. Y desde el cuerpo, Peter Levine explica que el trauma se mantiene mientras el sistema nervioso no descarga la energía atrapada. Integrar ambas miradas acelera la resolución.
Patrones de repetición
Si el miedo a la escasez gobierna tu vida, notarás ciclos que se repiten: avances seguidos de caídas, ingresos que se van tan rápido como llegan, dificultad para cobrar, culpa al recibir, o relaciones donde sostienes a todos menos a ti. Estos patrones no son casuales; suelen ser la “fidelidad” a un voto o a un linaje que sufrió por dinero.
- Ingresos inestables, picos y caídas que parecen “castigos” tras un logro.
- Bloqueo al fijar precios, pedir aumentos o cerrar ventas a última hora.
- Compulsión a dar de más, hasta el desgaste, por miedo a “ser egoísta”.
- Ansiedad corporal frente al dinero: opresión en el pecho, nudo en el estómago.
- Rupturas materiales tras buenas noticias: multas, averías, pérdidas.
En regresión, emergen escenas como: haber sido monje o monja con voto de pobreza, una vida de comerciante perseguido por prosperar, una hambruna donde alimentarse implicó culpa, o promesas hechas en el lecho de muerte para “no volver a caer en la avaricia”. También aparecen memorias perinatales: nacer con el cordón al cuello o con parto prolongado puede codificar “no hay suficiente aire/tiempo/recursos”. El cuerpo recuerda y reacciona cada vez que te acercas a la abundancia.
Un voto de pobreza no es solo una idea; es un pacto energético que tu sistema defiende hasta que se libera en su origen.
Si te reconoces en estos patrones, la solución no es forzarte a pensar “en positivo”, sino ir al evento raíz y actualizar la decisión que quedó congelada. Ahí entra la TVP.
Resolverlo con TVP y vidas pasadas
La Terapia de Regresión aborda el miedo a la escasez desde tres niveles: alma, emoción-cuerpo y conducta.
1) Apertura y foco. Definimos el patrón concreto (p. ej., “cada vez que prospero, algo me lo quita”). Identificamos gatillos, sensaciones corporales y creencias. Luego, con inducción suave, seguimos la emoción hasta la primera escena donde nació. Si necesitas una base, aquí explico la Terapia de Regresión a Vidas Pasadas.
2) Origen y rescisión de votos. En la escena raíz suelen aparecer: monasterios, promesas ante altares, renuncias por amor a alguien que sufrió por dinero, o muertes con hambre o saqueo. Se trabaja para: reconocer el voto, comprender su intención positiva (proteger, expiar, pertenecer), y rescindirlo desde la conciencia actual. Se guía un acto simbólico claro: “Devuelvo este voto a su tiempo. Aprendí la lección. Hoy elijo prosperar con ética y servicio”.
3) Liberación somática. Mientras revives, el cuerpo puede temblar, suspirar, calentarse o llorar. Es la descarga que permite al sistema nervioso completar respuestas de lucha/huida o congelamiento. Se acompaña con respiración, micro-movimientos y contacto con recursos internos. De este modo, la memoria se integra y deja de dispararse ante el dinero.
4) Reprogramación del permiso. Se instala una nueva decisión del alma: “tengo permiso para recibir”, “es seguro prosperar”, “mi prosperidad ayuda a más personas”. Se ancla con imágenes, frases y acciones concretas. Aquí, un proceso de Vida entre Vidas puede validar el plan del alma, dones y valores con los que hoy es coherente prosperar.
5) Integración en la vida diaria. La sesión termina con tareas sencillas para el mundo real: actualizar precios, poner límites, organizar finanzas, practicar gratitud sin auto-sacrificio. Se miden señales de cambio: tranquilidad al cobrar, decisiones claras, orden material, oportunidades que antes no veías, y un “cuerpo en paz” ante el dinero.
Ejemplos típicos de transformación tras varias sesiones: dejar de perder dinero en “imprevistos”, sostener ingresos estables, elegir proyectos alineados y, sobre todo, sentir dignidad al recibir. La prosperidad deja de ser un riesgo y se vuelve un canal de servicio.
Si quieres explorar este proceso de forma acompañada y ética, puedes agendar una sesión para evaluar tu caso y diseñar un plan de TVP a medida.
Reflexión final: Si no sanas la causa raíz, el miedo a la escasez seguirá gobernando tus decisiones. Podrás ganar por momentos, pero el patrón volverá con sus consecuencias: ansiedad, sabotaje y pérdidas. Sanar en el origen es elegir una vida distinta.



